26.4.06

¿Que por qué Londres?

- Porque puedes colarte junto con seis amigos a mitad de una fiesta en una casa del centro de la ciudad, sin conocer absolutamente de nada al anfitrión, y recibir de éste sólo buenas atenciones.
- Porque hay más árboles en flor por kilómetro cuadrado que en ningún otro lugar que yo conozca.
- Porque todo lo british no parece un simple reclamo turístico, sino una peculiar forma de vida.
- Porque es una ciudad verdaderamente inteligente, pensada con cabeza para el ciudadano.
- Porque suenan los Arctic Monkeys en pleno Camden Town y la gente se anima a cantar sus canciones.
- Por sus enormes semáforos.
- Porque la vista del Big Ben desde lo alto de Trafalgar Square deja boquiabierto.
- Porque se tiene la sensación de que mientras haces algo están sucediendo otras miles de cosas que no te da tiempo a disfrutar.
- Por los donuts bavarian del Tesco. Por haber hecho que me reconcilie con este bollo legendario.
- Por convertir con orgullo su música en una parte más de su rico patrimonio.
- Porque el sentido del ridículo no está muy extendido por esas latitudes.
- Por destrozar con curiosa elegancia a golpe de neón una plaza tan bonita como Piccadilly.
- Porque un have a nice day es sorprendentemente bien recibido y puede cambiar más de una triste expresión de agotamiento, sueño o melancolía.
- Porque no se comporta como una ciudad museo y porque prohíbe y restringe menos de lo que se podría esperar.
- Porque la he disfrutado con gente única.

17.4.06

Qué hacer con nuestro tiempo

Mmmm… veamos. A ver si puedo hablar, como bien pretendo, del tiempo-disfrute, tiempo-obsesión, tiempo-reencuentros...

No he ido de procesiones estos días, en realidad no he ido a ningún sitio. Quizás, si lo hubiera hecho, me habría perdido una serie de acontecimientos muy interesantes.
Una prima me dio las llaves del taller de escultura donde trabaja para que tomase apuntes de lo que había por ahí mientras ella estaba de vacaciones. Mi intención era la de llevarme allí todos mis materiales y trabajar más tranquilamente que en casa. Pues ahí que estuve, encerrado casi todas las mañanas de estos días pasados haciendo copias en medio de un bosque de cabezas de madera y hierro.
Las tardes las pasé añadiendo una actividad más a mi faceta de hombre orquesta. Conocí hace unos meses a un chico que lleva un tiempo tocando el bajo. Hace tiempo también le propuse juntarnos para tocar algunos temas y el momento fue estos días. Tan divertido como esperábamos, nos estrenamos con el President Garfield de J.Hatfield. A los dos nos encanta porque es un tema que empieza con una corta y apagada toma de aire de la cantante (piensas, no llega, no llega al final, empieza muy cansada…) y termina con mucha fuerza y un juego de guitarras muy chulo.

El sábado, en el Prado, hablaba yo con una mujer de lo nefasta que ha sido la democratización de la fotografía y tal. Ella: “qué manía tiene la gente de hacer la foto del cuadro antes de disfrutar de él”. Y yo: “y qué manía también la de hacer la foto y marcharse sin deternerse siquiera a mirarlo”. Vamos, soy yo la infanta Margarita o el Nicolasín Pertusato y le digo al mastín de Las Meninas que ataque sin piedad al turista por no recrearse en mis curvas y en la luz que baña mis tejidos y por deslumbrarme con el flash (prohibido, sí. Cartel a la entrada, sí. Te han llamado la atención 4 veces, sí. Pero tú sólo quieres obtener una foto de calidad. Pues te compras un libro y eso y le sacas la foto a la foto, que quiero que mis nietos lo disfruten de aquí a unos años).

¿Puede un ser humano ser tan íntegro y firme en sus ideales y convicciones como para dedicar 42 años de su vida a la construcción de una catedral en Mejorada del Campo en pleno siglo XX y XXI?
Poder, se puede. Pero olvídate de salir por ahí a perder el tiempo hablando de nada, de tragar televisión, de dar tumbos buscando al amor de tu vida y de poner excusas del tipo: ay, es que tengo que ir a por la cartilla de la Seguridad Social, ay, es que he visto unas cosas en Habitat a muy buen precio, ay, es que necesito un jersey de entretiempo…
Eso Justo no lo hace. Nunca lo ha hecho. Y mira lo que ha conseguido. Para él es importante, y es lo único que importa (me viene a la cabeza “Historias Mínimas”).

Pufff, escribo acogiéndome cada vez menos a un libro de estilo o a la estructura periodística de pirámide invertida . Así no, eh.

11.4.06

Coge los pinypones y que digan lo que quieran

Quien me conoce sabrá que no miento cuando digo que no tengo mucho de gay. Pero de pequeño yo, yo... era otra cosa. Por ejemplo, me encantaba jugar con muñecas lo mismo que hacerlo con mi Scalextric circuito Le Mans, mi fuerte de Playmobil o mi Tente (con el que hacía unas construcciones que la vecina alucinaba; ya me daba por arquitecto la mujer y todavía hoy me echa en cara que porqué no estudié la carrera. Porque a pesar de que lo que me regalaban eran los consabidos modelos de barcos y tanques - ya sabéis cómo era el Tente- yo me las ingeniaba para construir casas, piscinas y hasta huchas con esas plataformas que tenía tipo baldosa a las que encima les podías añadir bisagras y todo. Recuerdo el tacto de esas piezas y se me erizan los pelos de la nuca...).

El caso es que yo fui muy consciente desde temprano de que no era bien recibido en mi entorno que yo jugara con muñecas. Pero es que el mundo de las Nancys, de las cocinitas de Smoby o del Diseña la moda contenía tantas posibilidades de diversión frente a los mal articulados Gigoes, tantos colores, formas y texturas en comparación con los tiesos clics de Playmobil y tantas historias que inventar frente a dos coches con escobillas dando vueltas al mismo circuito una y otra vez que no podía evitar trangredir las normas y apretar el timbre de mi vecina la de arriba para jugar con su hija o unirme a mi amiga la Tere mientras jugaba con los pinypones en el portal de la casa donde solía yo veranear.
Tere fue una avanzada para su tiempo. Con escasos 6 años ella ya me notaba algo raro cuando prefería estar a su lado cambiándole los pelucones a aquellos muñecos a irme al poli a jugar al fútbol con Carlos, Jesús y los demás. Pero callaba y sacaba sus cubos de complementos y los esparcía allí en el frío suelo del portal en la calurosa tarde de verano. Yo temblaba ante el posible panorama del desfile de vecinos entrando en sus casas y viéndome jugar con aquello tan poco masculino. Y ponía bajo aviso a Tere:

-"si entra alguien yo me levanto del suelo y hago como que no juego, ¿vale?"

a lo que ella un tanto indignada respondía serenamente:

- " no te avergüences, Cosimo, no hay nada malo en que te guste jugar a ésto. Que piensen lo que quieran"

Y entonces sus palabras me animaban tanto que ahí me tenías al día siguiente a pie de escalera del portal vistiendo y desvistiendo a Barbies, Nancys e incluso a las poco prestigiosas Barriguitas, si se terciaba, con el mayor de los orgullos. Y era entrar alguien y hacer un comentario y ya estaba mi amiga (una visionaria, una avanzada para su tiempo) defendiéndome y volviéndome a poner en las manos la Chabeli que yo había soltado todo espantado ante las miradas inquisidoras...

Ahora vuelvo a pensar en ella. Pienso que quizá haya dejado de tener esa aceptación natural por mis aficiones poco masculinas con la que nació. Que igual ya no defendería su postura con el mismo ahínco y la misma convicción. Que lo mismo es una integrante del Foro de la Familia y se echó a la calle durante aquella espantosa manifestación.

9.4.06

Prodotti d'Italia

Reconozco que siempre he tenido a mi adorada Italia por un país estancado, al margen de los índices de deuda pública y crecimiento cero que viene arrastrando desde hace un tiempo el país. Hoy se celebran elecciones en las que la alternativa al cavaliere Berlusconi es la opción centro-izquierda de Romano Prodi, si cabe igual de conservadora que la del actual presidente.
En mi opinión, a Italia le pesa demasiado la losa de la Iglesia Católica y uno de los ámbitos donde es más determinante su influencia es en la legislación. No existe una ley de parejas de hecho y el tema de la homosexualidad es prácticamente tabú.

Pero allí tienen a una persona con coraje que está haciendo valer los derechos del colectivo homosexual a base de apoyo activo y comprometido con la causa.



Se llama Vladimir Luxuria, seudónimo de Vladimiro Guadagno, pertenece al partido Refundación Comunista de Italia y tiene en el haber de su larga historia de apoyo al colectivo homosexual, el organizar la primera manifestación del orgullo gay en Roma en 1994 y, lo que supone un mayor acto de heroicidad y una batalla a su favor, haberse enfrentado verbalmente a la nieta del mismísimo Mussolini en un encuentro donde, según dicen, ganó por la solidez de sus argumentos y por su sorprendente dialéctica forjada en clubes y cabaretes varios. Al parecer, Alessandra Mussolini, alineada en la ideología que fundó su abuelito el dictador, le espetó a Luxuria que era "mejor ser fascista que ser maricón".

Así están las cosas en Italia. Pero aunque el país esté estancado en lo económico, artístico, científico, social o legislativo, tiene a un personaje con coraje que lleva tiempo haciendo oír su voz y ganándose el respeto en una tierra de por sí difícil para hablar de estos temas.

Y de Italia procede también la estupenda película que volví a ver ayer: El último beso.

Es una gran historia de amor real formada por otras más pequeñas: la de Carlo, de 29 años, comprometido con Giulia, y esperando una hija, el cual conoce en una boda a Francesca, estudiante de 18, a la que se entrega por pasión, miedo al compromiso, a la responsabilidad y al estacamiento; la de Anna, madre de Giulia, a la que le aterra envejecer, víctima de un matrimonio hace años desgastado y que siente envidia de una hija que tiene toda la vida por delante; la de Adriano, que casi sin quererlo se ha visto atrapado por una vida en familia que no deseaba; la de Paolo, que quiere escapar de un inminente futuro que sabe que no le conducirá a la felicidad... La película habla del difícil paso de la libertad de la juventud al compromiso de la treintena expresado en el amor, la convivencia, la rutina, los ideales, el entusiasmo,...Todo muy a lo "Magnolia" con una música que casi calca a la de Jon Brion, sin tópicos italianos y con unos personajes absolutamente reconocibles.

6.4.06

I don't know what you're looking for...nananana!


Hoy en el trabajo, durante el café, he asistido al lamentable espectáculo de ver a un compañero gay, que se hace pasar por el mayor de los heterosexuales, contándonos chistes sobre maricas. Y todo ello con la menor de las gracias y la mayor de las malas leches. Les he abandonado a mitad de marathon de carcajadas, igual dándoles a entender que me ofenden esos chistes. No es eso. No del todo. Lo de este chico roza ya lo cómico: siempre tiene un chiste de maricas que contar, se ha echado una novia que quiere que conozcamos todos lo antes posible, es el primero en poner a caldo a los homosexuales (cosa que donde trabajo es una constante). Igual es que yo soy un simple por asociar pluma a gay inmediatamente, pero es que todos los compañeros se refieren a él como "la niña". Le tendería una mano, pero temo su reacción, francamente. Parece que le incomoda que le escuche sin juzgar ni sacar punta a cuanto pudiera delatarle, cosa que a los demás les priva hacer. En fín, yo a lo mío, que para eso me pagan.




Llego a casa con el cd de Arctic Monkeys recién comprado. Me tiemblan las manos. Como un histérico desgarro el plástico ansioso por empezar a abrir el libreto y desplomarme en la cama para comenzar a escuchar. Lo demás es todo piel de gallina, boca abierta durante algunos temas, un continuo repetirme a mí mismo todo perplejo "no tienen más de 25 años" y esperar a la siguiente canción con la esperanza puesta en esa sensación de todo consumidor de que no ha tirado el dinero a la basura. Han sido 14,95 euros perfectamente bien invertidos.
Me han convencido por más de un motivo: por escapar de las melodías facilonas, por la sorpresa que a mitad suelen tener, musicalmente hablando, casi todos los temas, porque tienen mucha sangre en las venas y porque parece que nada de lo que hacen es simple actitud (ni los extensos títulos de las canciones, ni el diseño del cd, ni su actitud en sí misma). Me gustan especialmente "Fake tales of San Francisco", "The view from the afternoon" y "When the sun goes down"

Y he decidido no volver a peinarme por una temporada. Esta mañana salí disparado de casa con una semi cresta en el pelo a lo Jude Law post Sienna Miller, pero la mía era resultado de un vuelta y vuelta toda la noche en la cama durmiendo de costado, como acostumbro. Y qué exito, chica! Que te queda mejor así, que no te peines más, que te recortes sólo las patillas...

5.4.06

10 canciones

Iba a titular esta entrada “Las 10 mejores canciones de la historia de la música” Ande vas??!!! me he dicho. No sería mejor que lo llamases "las 10 mejores canciones que has escuchado desde que estás vivo", o algo así? Nos ha salido insolente el Cosimo este. Pon simplemente las que a ti más te gustan y deja de dar el coñazo con lo mejor y lo peor de la historia...(qué hartura de crío!):


10. “Organeum”, Girls in Hawaii

Porque me meo de gusto cuando dice “my mind was close to get high...”. Me gustaría que fuese la canción que sonara el día del fin del mundo. Remotamente.

9. “You oughta know”, Alanis Morissette

Porque surgió en un momento en que todas las canciones de amor de artistas femeninas comerciales eran del tipo “Estúpido, mira lo que te pierdes, soy una joyita, no encontrarás a nadie como yo, volverás a mí” o “qué desdichada soy ahora que no tengo tu amor”. A esta chica (y al productor Glen Ballard) se le ocurrió decir “mira en qué estado me has dejado, te odio”.

8. “The eye in the sky” The Alan Parsons Project

Por la sensación de rara impotencia que me deja después de escucharla.

7. “Smells like teen spirit”, Nirvana

Porque he destrozado un par de cosas escuchando esta canción. Porque habla de una realidad social de siempre: el puedo, pero (realmente) no quiero. Porque me cambió la vida en cierto modo, a mí y a su autor, que no pudo soportar lo que vino después.

6. “Hey Jude”, The Beattles

Nunca me han gustado demasiado ni "Yesterday" ni "Let it be". Sin embargo ésta, “Something”, “Across the universe” o “A day in the life” hacen que se me forme un nudo en la garganta y odie no haber vivido toda esa época.

5. “Light my fire”, The doors

Porque tiene un misterio que se ha igualado pocas veces en la música: al principio parece que va a ser una canción amable, pero al segundo te lleva por un cierto camino de amargura. Qué bonita es! Además, me da la sensación de que sea quien sea el que la versionee (¿?) nunca quedará mal.

4. “Paranoid Android”, Radiohead

Porque si te crees la letra, si te dejas llevar por sus cambios de ritmo y encima estás pasando por un mal momento es sencillamente bestial. Y porque representa muy bien el momento, socialmente hablando, en que se compuso, como todo el disco al que pertenece, la verdad.

3. “Space Oddity”, David Bowie

Porque aunque el gran Bowie sólo hubiese compuesto este tema en toda su vida ya habría pasado a la historia (Cosi, modérate...). Es de otro mundo, como su autor. Es que no soy capaz de imaginar nada más poético ni de una belleza tan sobrecogedora como eso de “the planet Earth is blue and there’s nothing I can do...” La historia de la canción es una maravilla.

2. “Hotel California”, The Eagles

He escuchado poco de este grupo, pero esta canción es lo primero que aprendí a tocar con la guitarra y puedo asegurar que no suena igual dos veces...(¿cómo? ¿nos tomas el pelo?) Tiene una jodida combinación de acordes irrepetible. Y porque todos hemos estado alguna vez en un ambiente de ensoñación como el que describe la canción.

1. “La chica de Ipanema”, Antonio Carlos Jobim y Vinicius de Moraes (que sí, que sí, cantada por Astrud)


Para mí, la perfección hecha canción.


Atención: esta lista puede sufrir modificaciones en función de las aportaciones de los comentarios.

4.4.06

Me apetece/no me apetece arreglarme para la fiesta

He estado dándole vueltas a la idea de acabar con esto del blog. En principio, porque veo que estoy adoptando un tono demasiado pretencioso para lo poco que sé de casi todo y después porque la astenia primaveral me está asestando unos golpes que me dejan por los suelos, y así no hay quien actualice. Pero luego he pensado que me paso la vida boicoteando mis planes y eso no está bien. Y que si quiero seguir teniendo este espacio para lo que demonios sea(como ponerlo bonito o servir como portal de enlace a vuestros blogs), pues aquí lo tengo.

En lo referente a la primavera, existen dos "teorías" que explican tanto la astenia como la alteración de la sangre de las que tanto se habla (otra conversación más de ascensor).

Lo de la astenia es cuanto menos curioso. Desde el punto de vista de la psicología, muchas personas se encuentran apáticas y desganadas cuando llega la primavera. La explicación que he oído dar al respecto habla de que con la nueva estación llegan el buen tiempo, la subida de la temperatura, los consiguientes planes para el verano, la gente que se echa más a la calle,... y, en función del carácter de cada uno, se asimila el cambio con mejor o peor suerte. Hay quien se adapta con facilidad y entusiasmo a lo que es el umbral del tan ansiado verano y a quien le cuesta bastante deshacerse del invierno y ponerse a la altura de tantos preparativos. Vendría a ser como una fiesta a la que te apetece más o menos ir.

Lo de la alteración de la sangre me lo explicó una de las mejores profesoras que jamás he tenido en el colegio con el recurso a la mitología (lo que sigue es largo, aviso, pero muy bonito y dá para mucho lucimiento):


"Las versiones griegas cuentan que Hades, dios que rige el Mundo de los Muertos, secuestra a Core-Perséfone, la hija primaveral de Démeter, cuando recogía flores en los campos acompañada de un cortejo de ninfas para hacerla su esposa a la fuerza. En los relatos se destaca el dolor de Démeter, la diosa de la fértil Tierra ante la desaparición de su hija y su búsqueda desesperada. Ella abandona el Olimpo, la sede de los dioses, y comienza a buscar a Perséfone durante nueve días y noches, sin beber ni comer. En su peregrinaje le acompaña Hécate, la diosa de las Encrucijadas. Démeter se viste de negro en señal de duelo, transformando su belleza y esplendor divino en la imagen de una madre humana angustiada.

En su peregrinaje llega a la casa de la reina Metanira en Eleusis y es tomada como nodriza de Demofonte, hijo menor de la reina. En agradecimiento por la hospitalidad Démeter decide convertir al niño en inmortal colocándolo en el fuego sagrado. Pero la reina asustada interrumpe el proceso y la Diosa revela su verdadera identidad dando indicaciones para que se construya su templo en Eleusis donde se llevarán a cabo sus misterios sagrados. Además, entrega a Triptólemo, otro hijo de la reina, un carro tirado por serpientes y las semillas para que difunda uno de sus mayores dones: la agricultura. El joven principe había informado a Démeter sobre el rapto de Core presenciado por sus hermanos que vieron cómo se abría la tierra para que entrara un carro tirado por corceles negros. El rostro del conductor era invisible y con el brazo derecho sujetaba fuertemente a una muchacha que gritaba.

Con esa información, Deméter y Hécate van ante Helios, el dios sol "que todo lo ve" para que admita ante ellas quién es el raptor. Helios confirma la sospecha de Démeter: Hades, el hermano de Zeus es el secuestrador de Core. Démeter está tan indignada que deja de sustentar la vida, impidiendo que florezca sobre la tierra.
Zeus envía regalos y mensajes a Deméter para que deponga su actitud y acepte los hechos, es decir su voluntad y la de su hermano. Pero ella responde que la tierra seguirá estéril hasta que Core sea devuelta. Entonces Zeus ordena a su hermano que devuelva a Core, diciéndole que si no lo hacía "todos estaremos acabados". También le respondió a Démeter que su hija sería restituída siempre y cuando no haya probado la comida de los muertos.

Mientras tanto, Core llora contínuamente, negándose a comer o beber los manjares que Hades le ofrece. Ocultando su bronca por la noticia recibida de su hermano, Hades se acerca a Core y le comunica que él la dejará en libertad porque ve que es desdichada y su madre llora por ella. Entonces Core deja de llorar y acepta las semillas de una granada que Hades le ofrece. Finalmente, en Eleusis, Démeter se reencuentra con su hija abrazándola llena de alegría. Pero un testigo informa sobre la granada y Démeter se sintió muy desalentada al saber que Core había comido en el mundo de los muertos quedando así vinculada a Hades. Entonces dijo: "No volveré al Olimpo ni anularé mi maldición sobre la tierra".
Desesperado Zeus instó a Rea, madre de Hades, Démeter, Zeus y demás dioses olímpicos, para que suplique a Démeter no cumplir su amenaza. Al final se llega a un acuerdo: Core-Perséfone pasará tres meses con Hades en el Tártaro y el resto del año con Démeter sobre la faz de la tierra. Hécate se encargará personalmente de la protección de Core ofreciéndose como garante para hacer que el pacto se cumpla".

¿Y a que no sabéis qué tres meses son esos que la niña pasa en el infierno? Exacto, los del invierno ¿Y a quién y por qué se le altera la sangre? a Démeter, diosa de la tierra fértil, cuando vuelve a ver a su hija coincidiendo con la primavera.

Os dejo con una muestra del fascinante trabajo de Kiyoshi Kuroda.




echadle un vistazo y decidme si no os morís por tener una de sus camisetas!