
Entre un ex novio cuyas mayores virtudes son:
- la afición por el maltrato psicológico
- abofetear cuando una discusión no cae de su lado.
- propinarle patadas y zancadillas cuando planea la sombra de una posible ruptura
- aparecer de súbito en el bar donde se encuentra y montarle un numerito a viva voz para perplejidad de los otros comensales.
- acabar una discusión en coche tirándole del mismo
- echarle a patadas de la casa en que viven juntos
- sentir celos de las risas que comparte con una de sus mejores amigas
- y, en definitiva, hacerle víctima de su desequilibrio mental.
...y un conocido entre cuyos peores logros se encuentran:
- haberle prestado todo su apoyo desde el primer día
- haber creído en él más que en sí mismo
- haber escuchado sus palabras tratando de desarrollar toda la empatía posible
- haber tolerado la ambivalencia que sentía y las alusiones a ese indeseable ex.
- haber respetado su espacio.
- y, en definitiva, haberlo querido con toda su alma.
entre ambas opciones, algunos se decantan por la primera, porque "más vale malo conocido", porque "en el fondo sigo queriendo a ese hijo de puta", porque "en realidad no quiero cambiar" o vete a saber por qué.
Me retiro de este juego sin gracia. De todas formas, ya me he proclamado como el único perdedor.
Ahora necesito olvidar y que me olviden.
Necesito la ayuda del Dr. Howard Mierzwiak