15.4.08

Estoy trabajando

Por cosas del destino, cayó en mis manos hace varios meses el libro Castillos de cartón de Almudena Grandes. Quien me lo recomendó encarecidamente hizo hincapié en que la novela reproducía casi con exactitud lo que "nos estaba sucediendo" por aquel entonces.
A medida que iba adentrándome en la historia, me daba cuenta de la similitud entre aquello que iba leyendo y lo que acontecía a mi alrededor, sobre todo en lo que a relaciones y reacciones emocionales de los personajes se refiere. No daba crédito a todas esas semejanzas.

El libro llegó a convertirse en una especie de profecía. En ocasiones, temía seguir leyendo. No quería saber lo que podría llegar a sucedernos una vez que había decidido asociar lo que le pasaba a los personajes con nuestras propias vidas.

Una amistad agotadoramente intensa entre dos chicos y una chica en la que el amor fue el epicentro del terremoto. Y que como todo lo que no tiene mesura, acaba por romperse. No agotarse ni desvanecerse, sino romperse.

Años después de rota esa amistad que les marcó para siempre, uno de los personajes resume su vida posterior a aquella época de la siguiente manera: "después de aquello, no paré de trabajar. Trabajé sin parar. Trabajé hasta que me quedé sin fuerzas". Supongo que esa fue la mejor manera de arrancarse el dolor por la pérdida de todo aquello.

Más que menos la profecía se ha cumplido. La intensidad de nuestras emociones no nos condujo a nada bueno y rota aquella relación (no gastada ni desaparecida, sino rota) no hemos parado de trabajar cada uno por nuestro lado. Llegamos a casa agotados, hemos dejado de tener tiempo, pero hemos decidido que así es como debe ser.

Somos unos trabajadores incansables. Somos unos grandes profesionales. Algún día nos quedaremos sin fuerzas.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Trabajad mucho una temporada. Pero no os paséis. Luego llega la calma. Y a seguir disfrutando de la vida, que no merece la pena complicársela sin necesidad!

Anónimo dijo...

Andaá, pués yo tenía este libro en mi biblioteca y lo cierto es que nunca me había sentido tentado por leerlo; pero ahora que estoy en casa enfermo durante unos días y tengo más tiempo para leer, voy a empezarlo ahora mismo.
Por supuesto tu historia es única e irrepetible, pero me gustará contemplar cómo lo cuenta la estupenda Almudena Grandes en las páginas de su novela.
La disfrutaré y pensaré en tí. ;-)

Cosimo dijo...

Ya está, ya está...Ya me sacudo!
Eran los últimos coletazos. Recordemos que ahora soy agua ;)

mariett dijo...

Cosi,
no me suena nada ese libro de Almudena,me acaba de picar la curiosidad y lo buscaré que también yo he vivido una historia tri-banda que me marcó tanto, tanto, que todavía me duele.
En mi caso 2 chicas 1 chico. Jamás nadie ha vuelto a entenderme así, a coincidir de ese modo en toooodooo, a sentir de esa manera hasta en los más mínimos detalles...puff me pongo nostálgica y no es el día.:(
Be water my friend,
que tú si que eres irrepetible!.:D)

Anónimo dijo...

Pos lo del trabajo me lo estoy aplicando en los últimos meses pero al pie de la letra; ke no tendré novio, pero me voy a pegar unas vacaciones ke pa ké. Y sobre todo, soy mucho más feliz.

Cosimo dijo...

MM, son incontables las virtudes que tiene el trabajar sin descansar, entre ellas el no centrarse en las cosas importantes de la vida y no ver ahondar otros no tienen tiempo para hacerlo.

Cosimo dijo...

Marietta, los tríos/amistad a tres son algo que, si es sincero, puede ser muy muy intenso hasta convertirse en una especie de burbuja de la que no hay necesidad de salir. Luego pincha una de las tres partes y la cosa se desmorona del todo. Si cae uno suelen caer los otros dos. Para estas cosas, no hay dos sin tres.

Ana dijo...

Y aparecerán nuevas emociones.

Que lindo escrito niño.