8.8.08

Proyecciones

En un momento de esta maravillosa película que disfruté junto a Lifeonmars y Xabi, Jesse (Ethan Hawke) le dice a Céline (Julie Delpy) que el ser humano tiene la extraña habilidad de crear proyecciones románticas sobre determinadas personas que ha conocido. Proyecciones que nos llevan a afirmar sin despeinarnos que "aquella era la persona de mi vida". A lo que añade que si dispusiéramos de tiempo suficiente para conocer mejor a esa supuesta media naranja, ésta acabaría por defraudarnos. Que igual esa persona sólo sirve como proyección.
La película contiene diálogos plagados de auténticas perlas sobre las relaciones, los hilos del destino, la importancia del amor en nuestras vidas, la escala de valores humana,... pero fue sin duda aquella frase una de las que más atrajo mi atención.
Lo curioso es que dichas proyecciones recaen siempre sobre el rollo de una noche, el amigo amado en secreto o el intento fallido. Ser un creador de proyecciones románticas conlleva un peligro de consecuencias más bien devastadoras. Ya sabemos que uno de los motivos de la infelicidad humana es el deseo y la escasa tolerancia a no conseguirlo. Cuando se trata de sentimientos, la infelicidad está servida. Crearse un ideal en el amor o establecer comparaciones con una persona del pasado que se mantiene como proyección romántica es la mejor manera de dar exactamente con lo que uno no desea.
Cuando me analizo, me doy cuenta del gran proyector en el que me he convertido. Sin embargo, llego a la meridiana conclusión de que esas otras mitades con las que me he tropezado lo eran en potencia porque parecían cubrir más del 50% de mis necesidades a todos los niveles. Pero, claro, esto puede afirmarlo alguien que se conoce bien, sabe lo que quiere y que, partiendo de esa base, está en condiciones de proyectar.
Llegado a este punto, confieso que no tengo claro lo que quiero, pero sí lo que no quiero. ¿De dónde he sacado entonces la maldita idea de la media naranja si sólo parto de los aspectos más prencindibles? ¿Con qué material estoy construyendo mis proyecciones románticas?
Supongo que demasiados libros, demasiadas películas, demasiada sensibilidad mezclada con un miedo atroz a la rutina y una evidente falta de amor propio o, por el contrario, demasiado amor propio.
Creo que es hora de elaborar adecuadamente la lista, así evitaré entregarla y pedir que me la devuelvan para hacer corecciones.

3 comentarios:

Mencía dijo...

Hola hola

Como me han gustado tus palabras y tu reflexion ... proyecciones proyecciones ... aspiraciones, frustaciones, fracasos ... en cualquier caso me quedo con el gustito que da la primera etapa del amor romantico ... jejejeje ... me quedo con los descubrimientos de falsos ideales a pesar de los cuales el amor y el cariño sigue perdurando ... incluso me quedo con el amor despues del amor ... todo, todas las fases merecen la pena en la medida en que nos proporcionan tantos gustitos. El final, el desamor, el dolor ... siempre que seamos conscientes de TODO el proceso ... siempre seran un pequeño coste.

Besosmil.

Anónimo dijo...

Y si al final fuera todo una gran mentira y todo lo que sentimos es la química desbocada???

Cosimo dijo...

Mencía, te echaba de menos! Supongo que lo más adulto es saber reconocer cada una de esas fases y, a pesar de haber vivido esa primera etapa de amor romántico, que es la que nos vuelve locos, apreciar todo lo que viene después por lo que vale (incluído el desamor, que es una experiencia tan valiosa y necesaria como cualquier otra).

Dos mil besos para tí!

Sky, tú lo has dicho. A menudo parece que lo único auténtico en una relación es esa química, y lo demás una impostura. También pasa que esa química desbocada se emperifolla con las palabras "amor", "flechazo", "presentimiento" porque son términos que se usan en la ficción y todos queremos tener una historia de película.